Lo siento, pero no.

Siento escribirte pero no te echo de menos.
Siento no sentirte y mucho menos, no ser sentida.
Se nos acabó el último minuto de nuestras vidas. El ultimo segundo de nuestro sueños.
Tal y como se acaba esa película dramática que siempre, siempre acaba mal.
Siento escribirte pero ahora ya no.
Lo siento, pero no.

          

Inhalo, exhalo.

Inhalo. Cierro los ojos y dejo la mente en blanco.
Exhalo. Tus recuerdos fluyen como una bandada de pájaros primaverales que cantan al ritmo de mi corazón.
Inhalo y la paz se esfuma para dejar que el dolor me acaricie los pulmones.
Sin el azul del cielo en tus ojos, sin el marrón de la tierra en tu pelo.
Exhalo y solo así tu gélida ausencia me hace recordar lo viva que estoy.

Tormenta de una noche de verano.

Como una tormenta que amenaza con quebrar el cielo que, en mitad de una noche de verano, destruye el alma de quien pasa por su lado haciéndola mil y un pedazos.
Como quien se despide de algún ser querido por última vez.
Salvaje, fría, herida, haciendo alusión al pasado que fue, que quiso llevar pero no pudo ser.
Una tormenta llamada vida.
Su vida.

Alice Eaton - worldofalicin