Y te pido perdón porque hoy me siento culpable.
Culpable por ti, por mí y por todos mis compañeros.
Por las cagadas continuas.
Por los logros que acabaron en fracaso y por siempre, siempre decepcionarte a cada paso que doy.
Por eso y mil motivos más, hoy me siento culpable,
culpable por ser como soy.