Días luminosos, noches lluviosas.
Sueños que penden de un hilo luchando por permanecer despiertos.
Madrugadas ahogadas en sudor y lágrimas, intentando olvidar las pesadillas de antaño.
Y vuelta a renacer en la monotonía, porque nada cambia, porque todo empieza una y otra vez donde se quedó la pasada noche.
A oscuras, lloviendo recuerdos llenos de barro, manchando cada rincón de mi mente, enlodando mis pensamientos mas oscuros y desordenándolos aun más.
Ojalá y algún día, por mucho que cueste, que cueste para bien.
Que los días luminosos se queden así,
que las noches lluviosas, por mucho que llueva y por muy oscura que sea, espero siempre hallar luz.
Porque siempre, por mucho que cueste, siempre se encuentra luz.